El niño “rata” a propósito de un caso de neurosis obsesiva en la infancia

Autores/as

  • Julieta Victoria Renard Facultad de Psicología de la UNLP
  • Selva Hurtado Facultad de Psicología UNLP

Palabras clave:

neurosis obsesiva, infancia, psicoanálisis

Resumen

En el marco del Proyecto Promocional de Investigación (PPID) “Variantes fenoménico-estructurales de la neurosis obsesiva”, nos propusimos organizar una casuística de presentaciones clínicas neuróticas, con miras a un estudio de diagnóstico diferencial que tenga consecuencias para la dirección de la cura. En esta ocasión, abordaremos el problema de la neurosis obsesiva en la infancia, valiéndonos para ello de la metodología de estudio cualitativo de casos, en intersección con la exégesis de textos.

En el texto Hombre de las ratas Sigmund Freud bucea en la historia de la niñez del paciente, situando en ella un conjunto de síntomas de ensambladura típicamente obsesiva que le permiten afirmar que, ya en aquella época de su vida, había una “neurosis obsesiva completa a la que no le falta[ba] ningún elemento esencial” (Freud, 1909:130). Según señala, esta “neurosis elemental” tenía todos los componentes que pueden constatarse en la neurosis de un adulto: una pulsión erótica y una sublevación contra ella, un deseo y un temor obsesivo que la contraría; un afecto penoso y un esfuerzo hacia acciones de defensa. Si como dice el autor “el inventario de la neurosis está completo”, si puede inferirse allí la conjunción de “vivencias traumáticas, conflictos y represiones” (Freud, 1908: 131), se abre, no obstante, la pregunta acerca de su particularidad, habida cuenta de que falta en ella el segundo tiempo que, años más tarde,  él mismo establece como una condición causal en su esquema de las series complementarias. El historial da fe de ello y preludia dicha elaboración. En efecto, la neurosis infantil, “núcleo y modelo del padecer posterior” (Freud, 1909:130) sólo parece “completarse” en la adultez, cuando el sujeto se encuentra en la coyuntura de tomar decisiones respecto de su elección amorosa de objeto ¿Cómo aplicar este patrón a la neurosis de la infancia? No debe olvidarse que Freud ya se había topado con esta dificultad en el estudio del caso Juanito, en donde “la neurosis por excelencia de la época infantil” (Freud, 1909: 95), dejaba irresuelto el problema del beneficio primario que -por definición- debe entrañar el síntoma. En otras palabras, ¿habría una especificidad de la neurosis en la infancia en tanto no se ha producido todavía el segundo encuentro con el sexo? Si así fuera, ¿qué declinación adquiriría en la versión obsesiva?

Tal como se ha desprendido de nuestra investigación, algunos autores de la orientación lacaniana como Eric Laurent o Patrick Monribot han tomado el relevo de aquel impasse freudiano, y proponen la siguiente hipótesis superadora: el tiempo de la neurosis de la infancia deja como saldo el establecimiento de la modalidad deseante, matriz fantasmática que se pondrá a prueba con el segundo empuje pulsional, en un momento lógico -y cronológico- posterior.

Estas referencias teóricas -y los debates que se desprenden de ellas- son las que balizan la formalización de un caso clínico, que se extrajo de la casuística aportada por el equipo investigador. Se trata de un niño de nueve años, llamado Juan, que fue llevado por sus padres a la consulta externa en un dispositivo de salud pública. Su presentación fenoménica impresiona por sus caracteres de apariencia adultomorfa: a partir de la coyuntura del nacimiento de su hermano menor, comienza a evidenciar una gran actividad epistemofílica y un temor persistente a los microbios que redunda en un tabú del contacto, altamente perturbador de sus actividades. A esto se agregan algunos trastornos del tracto digestivo y dificultades para relacionarse con pares que, sumadas a su afición por los videojuegos, le han valido un apodo de resonancia freudiana: “niño rata”. En el despliegue de la transferencia -que no fue ajeno a las dificultades de intervención con la pareja parental- se fue cristalizando un temor obsesivo a la muerte, detrás del cual se ve despuntar la puesta a distancia del deseo que, por la vía de los ideales, hasta el momento parece jugarse en relación a las figuras edípicas. ¿Será ese, quizá, el “organismo elemental” que proporcione “la escala para medir la organización de la enfermedad de [mañana]”? (Freud, 1909: 130). Y entonces, ¿qué responsabilidad y qué margen de maniobra le cabe al analista hoy?

Citas

Freud, S. ([1909] 1988). A propósito de un caso de neurosis obsesiva (el “Hombre de las ratas”). En Obras Completas, tomo X, pp. 119-194.Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. ([1909] 1988), Análisis de la fobia de un niño de cinco años (el pequeño Hans). En Obras Completas, tomo X, pp. 1-118.Buenos Aires: Amorrortu.

Laurent, E. ([1985] 1999). Hay un fin de análisis para los niños, pp. 43-54. Buenos Aires: Colección Diva.

Monribot, P. (2016). Exigir el síntoma. Lacaniana 20 “Carta al padre”. Publicación de la Escuela de Orientación Lacaniana, 198.

Descargas

Publicado

2019-12-16