Reconstrucción de su vida

Caso Antonin Artaud

Resumen

El presente trabajo se enmarca en un proyecto de investigación (PPID/S016) titulado “Psicosis en el lazo social” y llevado a cabo por la cátedra de Psicopatología I, de la Facultad de Psicología, Universidad Nacional de La Plata. El mismo posee como objetivo general realizar un aporte al conocimiento de las modalidades de inserción social de los psicóticos: sus alcances y dificultades, con vistas a contribuir potencialmente al diseño de dispositivos alternativos de tratamiento de pacientes psicóticos que privilegien la inclusión social. El problema de cómo los psicóticos, con los síntomas propios de cada uno, pueden convivir con otros, en un lazo social, adquiere relevancia en el contexto actual de reformas en la atención de la Salud Mental (Ley Nº 26657). Este estudio propone un diseño metodológico que combina técnicas de revisión bibliográfica con casuística propia de la investigación.

El presente escrito se centrará en el caso del poeta, ensayista, actor y director de teatro francés Antonin Artaud. Nos proponemos realizar una exposición del caso clínico construido a partir de una exhaustiva revisión bibliográfica de escritos y cartas de su autoría, los que nos permitirán dar cuenta sobre los momentos coyunturales de su vida, despejar la pregunta acerca del estatuto de los lazos que ha podido armar y sostener, así como del lugar que su arte, creatividad, ocupa en su modo de habitar el mundo. La producción de este artista es variada y podríamos ubicar en ella distintos modos de respuesta frente al problema de cómo hacer con el dolor y el vacío, tal como él los nombra, tanto a nivel del cuerpo como del pensamiento, los que para Artaud se encontraban siempre en peligro de ser robados o corrompidos.

Intentaremos abordar, entonces, la relación entre escritura y cuerpo en un caso como éste en el que, por estructura, se encuentra amenazada la unidad corporal. Son múltiples las formas en las que Artaud da cuenta de su imposibilidad por asir un cuerpo, que se le vuelve ajeno, sede de múltiples dolores, pasible de ser perdido o destruido. El caso nos ilustra sobre lo que Jacques Lacan situaba en su Seminario XXIII (1975-76), acerca de cómo la relación al cuerpo en el ser hablante no es de identidad, ya que no se “es” un cuerpo, sino que “se lo tiene”. Tener un cuerpo no va de suyo, no está dado de entrada y tampoco de modo permanente, en tanto es un cuerpo siempre dispuesto “a levantar campamento”. Lo interesante en este punto es poder determinar las versiones que intentan dar cuenta de la experiencia de ajenidad del cuerpo y las posibles respuestas que encuentra cada sujeto para apropiarse del mismo. Es decir, del artificio a través del cual es posible llegar a un arreglo entre sentido y goce del propio cuerpo (Millas, 2013). En este punto hipotetizamos que la práctica de la escritura permitiría un trabajo posible que enlace sentido y goce de un modo distinto, impactando consecuentemente en la relación del sujeto a su cuerpo.

Asimismo, el “tener” un cuerpo será condición de necesidad para el armado de los lazos sociales, y paradójicamente a la inversa, en tanto Lacan nos dice que el Otro es el cuerpo. Pero ¿por qué Lacan ubica al cuerpo como una de las figuras del Otro, hacia su última enseñanza? Será en tanto que el sujeto tiene una relación al cuerpo que podríamos calificar como de extimidad, en la medida en que forma parte de lo más íntimo, pero a su vez, en otro plano, le es radicalmente extranjero. Lacan así lo conceptualiza en el Seminario XX: “relacionarse con el propio cuerpo como algo ajeno es ciertamente una posibilidad que expresa el verbo tener” (Lacan, 1972-73: 158).