Los llamados fenómenos “parapsicóticos” en la neurosis obsesiva
Una aproximación al debate entre Bouvet y Lacan
Palabras clave:
neurosis obsesiva, psicosis, diagnóstico diferencialResumen
El presente artículo se enmarca en la investigación titulada “Variantes fenoménico-estructurales de la neurosis obsesiva: clínica diferencial de la forma enloquecida, infantil y femenina”, dirigida por el Dr. Gastón Piazze y la Lic. Nora Carbone en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata. Conforme a sus objetivos generales, dicha investigación aborda el problema de la especificación de las diversas formas que puede adoptar la neurosis obsesiva, con el fin de establecer una clínica diferencial que brinde un aporte para la dirección de la cura, desde el psicoanálisis de orientación lacaniana.
En esta oportunidad, circunscribiremos el estudio a la caracterización de la forma enloquecida de la neurosis obsesiva en su distinción estructural con la psicosis. En tal sentido -y valiéndonos del método de exégesis de textos-, se contrapondrán las posiciones de Maurice Bouvet (1953) y de Jacques Lacan (1958) en torno a este tema, tal como se desprenden de la lectura del Seminario V.
Como se recordará, en dicho Seminario -dedicado al estudio de las formaciones del inconsciente- Lacan se embarca en un encendido debate con el post-freudismo de su época, alertando sobre el extravío que supone pensar las relaciones entre neurosis y psicosis en términos de continuidad y sobre las consecuencias enajenantes que tal perspectiva acarrea en la cura. Para ello, se basa en el análisis del informe titulado “El Yo en la neurosis obsesiva. Relación de objeto y mecanismos de defensa”, publicado por Maurice Bouvet en 1953, en el que el autor retoma las conceptualizaciones evolucionistas de Abraham para hacer hincapié en la posibilidad de superposición, interpenetración y regresión entre las distintas fases de organización libidinal. De acuerdo a esta hipótesis, no resulta sorprendente, para Bouvet, que una estructura psicopatológica presente signos de la supervivencia de formaciones y “angustias” inherentes a tales fases previas de desarrollo. Es así que afirma: “Eso nos hace comprensibles, en el plano de la evolución de las pulsiones, las relaciones íntimas que unen a la neurosis obsesiva con las psicosis, puesto que éstas testimonian una regresión libidinal a los estadios de organización anterior” (Bouvet, 1953: 113). De este modo, son los avatares del desarrollo libidinal -en su articulación con los mecanismos psíquicos-, los que permiten a Bouvet explicar metapsicológicamente la emergencia, en la neurosis obsesiva, de ciertos fenómenos clínicos atribuibles a las psicosis paranoica, melancólica o esquizofrénica. Se trata, por ejemplo, de “formaciones orales sádicas” y “trastornos de estructuración del yo” (Bouvet, 1953: 114), entre los que se destacan las manifestaciones de despersonalización, de extrañeza y de alienación por ausencia de separación completa entre el Yo del sujeto y el objeto. Así, concluye que “en las relaciones de objeto de carácter sádico-anal hay psicosis” o que puede existir una neurosis “en relación con una psicosis concomitante o subyacente” (Bouvet, 1953: 117). Por otra parte, agrega que las formaciones obsesivas cumplen una función de defensa respecto de la psicosis “siempre amenazante” (Lacan, 1958: 397) y que es el vínculo de objeto parcial, con su carácter fundamental de “relación a distancia” (Bouvet 1953: 144), el encargado de mantener al sujeto a salvo de la desestructuración psicótica.
Este punto de vista, que conduce a perder el distingo entre neurosis y psicosis, tiene, además, importantes consecuencias en la dirección de la cura. Se tratará, para él, de no tocar de modo desconsiderado la relación neurótica de objeto -siempre parcial, pregenital- pues, de lo contrario, “la psicosis se precisa y se amplifica” y los “efectos catastróficos de su ruptura” (Bouvet, 1953: 117) sobre el equilibrio y la coherencia del yo no tardan en evidenciarse.
Por su parte, Lacan muestra su desacuerdo ante la hipótesis propuesta por este autor post-freudiano, y señala lo extraordinariamente “infrecuentes” que son los casos de transición entre una y otra afección y lo “remoto” del riesgo de ver caer a un sujeto obsesivo en la psicosis (Lacan, 1958: 397).
La expresión “síntomas parapsicóticos”, utilizada por Lacan para referirse a estos fenómenos que “afectan al color, tal vez incluso a la estructura del yo” (Lacan: 1958, 397) resulta interesante a los fines de nuestra investigación. En efecto, si el prefijo para quiere decir “al margen de”, “junto a” o “contra” -y eso deja clara la relación de exclusión entre neurosis y psicosis sostenida por Lacan-, se abre, no obstante, la pregunta por los rasgos específicos que permitirían orientar el diagnóstico diferencial en esos casos. Teniendo en cuenta que la referencia al deseo, apoyada en el concepto de metáfora paterna, constituye una tabla de orientación para distinguir la estructura neurótica de la psicótica en la primera clínica lacaniana, se tratará entonces de seguir sus rastros en los accesos de “enloquecimiento” que en ocasiones jalonan las presentaciones obsesivas.
Citas
Bouvet, M. ([1953] 1985). El Yo en la neurosis obsesiva. Relación de objeto y mecanismos de defensa. En J. Saurí (comp.) Las obsesiones, pp. 109-181. Buenos Aires: Nueva Visión.
Lacan, J. ([1957-1958] 1999). El Seminario libro V. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires: Paidós.