El dispositivo de acompañamiento terapéutico como espacio de formación profesional en una institución municipal de adicciones

Intervenciones interdisciplinarias en el marco de la Dirección de Asistencia y Prevención de las Adicciones de la Municipalidad de La Plata

Resumen

El presente trabajo contempla las experiencias iniciales desarrolladas por un equipo de AT conformado inicialmente en el marco de una intervención extensionista, académicamente inédita y coordinada por el licenciado Facundo Urtizberea, intervención que buscaba entre sus principales objetivos generar un espacio propicio para la formación de acompañantes terapéuticos en un área tan compleja y dificultosa como lo es el consumo problemático de sustancias (el campo de las adicciones).

Como la actividad aún se encuentra en pleno desarrollo, esta investigación está en su fase exploratoria, si bien ya hay resultados parciales que revelan datos de valor.

El AT ha tenido, en el país en general y en la provincia de Buenos Aires en particular, una oferta de formación académica, sobre todo de instituciones privadas, tan disímiles como heterogéneas, que han generado una multiplicidad de perfiles profesionales en AT.

Esto constituye un verdadero problema de formación académica y profesional para estos nuevos agentes de la salud mental, tan necesarios y ponderados por su eficacia como herramienta clínica. Por ello, el actual Proyecto de Ley de Ejercicio Profesional de Acompañantes Terapéuticos por el que se lucha tiene entre sus principales propósitos el de aunar criterios de formación, además de brindar un marco legal para el profesional en AT.

Por lo tanto, resulta necesario generar espacios de prácticas profesionales supervisadas que complementen las formaciones académicas de los institutos que han otorgado las certificaciones en AT.  Por otro lado, se celebra la apertura de la Tecnicatura Universitaria de Acompañamiento Terapéutico en la Facultad de Psicología de UNLP, carrera que se dicta en su sede de Chivilcoy, en el año 2019,  lo que se constituye en un hito histórico a nivel académico.

El dispositivo de equipo de AT se ha propuesto intervenir en una población de sujetos con consumo problemático de sustancias (adicciones) en el marco institucional de la Dirección de Asistencia y Prevención de las Adicciones de la Municipalidad de La Plata. El dispositivo AT trabaja de manera articulada con el equipo terapéutico interdisciplinario de dicho organismo, complementando, y sobre todo fortaleciendo, los tratamientos que actualmente este lleva a cabo, en el marco de Ley Nacional de Salud Mental (N° 26657).

La población de trabajo contemplada es de aproximadamente 60 pacientes, a ello se suman los familiares (red de apoyo) que están implicados en el dispositivo de tratamiento (más de 120).

El primer problema en esta intervención fue la conformación del equipo AT, constituido por diferentes perfiles académicos y distintas experiencias profesionales. Podríamos discriminar una gama que va desde estudiantes de la tecnicatura de AT (en alguna institución privada y/o provincial) hasta acompañantes ya recibidos con mayor o menor trayectoria y experiencia clínica y laboral. El segundo problema estuvo constituido por la capacitación de los mismos en la temática específica de las adicciones, que generaba gran interés y presentaba muchos desafíos; los mismos participantes manifestaron la falta de espacios y las enormes dificultades para realizar experiencias en adicciones.

Para solventar esto, se realizó una capacitación interna del equipo AT sobre rol, función y esquemas de trabajo con los casos derivados de la Dirección y, a su vez, la institución brindó una capacitación general sobre la temática de adicciones. De esta manera, desde el plano teórico se logró un primer nivel de formación académica más específica.

Luego, se comenzó a trabajar de manera interdisciplinaria con el equipo de profesionales del área de salud mental (psiquiatras, psicólogos/as, operadores sociocomunitarios, trabajadoras sociales, talleristas, entre otros). De esta forma, se realizaron ejercicios de trabajo en equipo interdisciplinario, lo que resultó una experiencia práctica invaluable, tanto para los AT extensionistas como para el equipo de la Dirección. Se logra así un segundo nivel de formación más práctica.

Por último, se destacan los espacios de supervisión dentro del equipo AT; se trata de una instancia de práctica clínica que se pregona como necesaria pero que lamentablemente se realiza con poca frecuencia. La supervisión brinda una experiencia clínica de aprendizaje, tal como lo destaca el propio psicoanálisis. En este caso, se desarrolló fundamentalmente mediante reuniones grupales periódicas de equipo, así como en espacios más individuales cuando se llevaban a cabo los acompañamientos terapéuticos de casos particulares. Este tercer nivel de formación resignificó los dos niveles anteriores, redundando en un mayor aprendizaje y capitalización de la experiencia.

No hay que dejar de destacar que dentro del proyecto se lograron avances sobre dos objetivos fundamentales que convocaban el trabajo extensionista articulado: reducir los índices de deserción de pacientes (sosteniendo mayor cantidad de pacientes en tratamiento), y mejorar la eficacia clínica de los tratamientos.

Esta experiencia inédita puede constituirse como un pilar ejemplar de trabajo interdisciplinario en salud mental, propiciando una mayor formación para el campo de AT.