El fuera de discurso de la psicosis: la operación witggensteiniana

Resumen

El presente trabajo está enmarcado en el proyecto de investigación “La psicosis y el lazo social” (Facultad de Psicología, UNLP), donde buscamos revisar, a partir de lo que la clínica enseña, la afirmación lacaniana de que la psicosis está fuera de discurso. En esta oportunidad, nos adentramos en el texto lacaniano con el objetivo de analizar con qué fin Jacques Lacan toma como referencia la psicosis y los desarrollos teóricos de Ludwig Witggenstein (1889-1951) en el contexto de El Seminario XVII. El reverso del Psicoanálisis (1969-1970), momento donde presenta los cuatro discursos. Para ello trabajamos con dicho seminario así como con obras, cuadernos y diarios del filósofo.

Intentamos arribar a una respuesta por dos vías. Por un lado, a partir de indagar en la vida y obra de este filósofo-matemático, tratando de localizar “la ferocidad o el rigor psicótico” con que Lacan lo caracteriza. Rigor que se relaciona a otras referencias lacanianas clásicas sobre la psicosis: la certeza, lo adialéctico, el unglauben. Esto se presenta sobretodo en el denominado “primer Wittgenstein” cuya obra central es el TractatusLogico-Philosophicus (1921) donde predomina la intención absoluta de eliminar la equivocidad del lenguaje. A partir de esto surge una pregunta ¿Cómo a pesar de este rigor, fue uno de los teóricos más destacados de este siglo, dictó clases y perteneció a una de las universidades más prestigiosas? ¿Podríamos concluir que estuvo fuera del discurso?

Por otro lado, resulta fundamental vincular los desarrollos teóricos de Wittgenstein al entramado conceptual lacaniano de El Seminario XVII: El reverso del Psicoanálisis (1969-1970). Allí en el contexto de su “segunda excomunión”, Lacan presenta los cuatro discursos como otra forma de pensar la estructura del lenguaje, enfatizando un más allá del significante de la mano de las matemáticas y ya no de la lógica. Encontramos como central el trabajo sobre la noción de verdad como “fuera de discurso” (Lacan, 1969-70: 71). En este punto si bien comparte con Wittgenstein la idea de la no existencia de un metalenguaje así como una posición antifilosófica, respecto a la verdad difieren. Donde el primero señala que nada puede decirse de ella, el segundo la ubica externa a la proposición, pero inseparable de los efectos del lenguaje.

Sin embargo, la solución hallada por Wittgenstein, es decir, el tratamiento mismo que realiza del lenguaje mediante su teoría lógico-filosófica, lo llevará a romper con ese rigor inicial.  Luego de un periodo de silencio y aislamiento, escribe lo que póstumamente será publicado como Las Investigaciones Filosóficas (1953), correspondiente al llamado “segundo Wittgenstein”. En ellas se produce una fuerte revisión de lo anterior, pasa de lo fundamental del lenguaje a los “juegos del lenguaje”, de la creencia en los fundamentos a la relatividad pragmática de los empleos. De lo universal a lo singular de los usos y soluciones.

Dirección que también podemos ubicar en el desarrollo de la enseñanza de Lacan cuando se dirige de los matemas a los nudos.  Presentar cuatro discursos como cuatro formas posibles de lazo social, no implica que sean las únicas. Si los lazos sociales se asientan en un mundo del lenguaje constituido a partir de la conceptualización del Padre, la clínica exige establecer si es posible sostener otros lazos que prescindan de él. En esta línea encontramos en la letra de Lacan la posibilidad de otros discursos más allá de los cuatros por él establecidos. Incluso ubicamos que todo lo que en un discurso se articula se ordena por sus efectos (1971-1972). Concluimos con esto que los efectos arman discurso dejando así abierta la posibilidad de la invención para cada sujeto. Esto nos permite pensar en cómo la obra posibilitó a Wittgenstein cierto orden y lazo social, una forma de soportar la vida.