Ancianidad y apego: un estudio de caso para construir nuevas reflexiones sobre la vejez
Palabras clave:
ancianidad, apego, autodeterminaciónResumen
El presente trabajo analiza las observaciones llevadas a cabo en un centro de ancianos de la ciudad de Trevelin, Chubut. Dichas observaciones se construyen y analizan desde la teoría de apego. Para ello tomamos conceptos de la teoría del apego de Bowlby (1979, 1980) y la categorización de Ainsworth (1969) sin dejar de lado investigaciones y críticas actuales (Fonagy et al., 1995; Korstanje, 2009; Main, Kaplan y Cassidy, 1985; Paolicchi, 2014).
Este trabajo busca entender y tensionar las situaciones de apego en la vejez manteniendo una mirada respetuosa, crítica y multidisciplinaria. El propósito perseguido fue indagar los parámetros de apego (Bowlby, 1979) y su aplicación a la vejez a partir de un estudio de caso, así mismo se pretende analizar los aportes de Moreno, Resett y Schmidt (2015) para situar representaciones sociales en torno a la vejez.
Mediante observación natural directa (Bakeman y Gottman, 1989), se trabajó con el estudio de un caso: Don Julio. Manteniendo un diálogo entre la teoría de apego y la ancianidad, cuestionamos si análogamente esta perspectiva niño-adulto mantiene una posición ética al aplicar categorías creadas para la primera infancia en la vejez, debido a que las categorías pensadas para una etapa de la infancia temprana podrían ser diferentes cuando se intenta comprender la conducta y las relaciones sociales que pueda establecer un anciano.
Por otra parte, al situarnos por fuera de la determinación es necesario contemplar la necesidad de cada sujeto, evitando la categoría de ancianidad que involucra representaciones sociales que alejan al individuo de su singularidad. Las palabras: ancianidad, vejez, abuelidad, son constructos que toman la edad como parámetro para situar al sujeto, dejando de lado otras características importantes como sus experiencias de vida, personalidad, proyectos, sexualidad, deseos de autorrealización y autodeterminación, entre otras.
Es importante resaltar que en la observación identificamos sesgos que interfirieron en los modos en que las trabajadoras del centro de ancianos piensan al adulto mayor, con ello queremos complejizar que si bien hay aspectos comunes con los que se suele categorizar al adulto mayor como: cansado, enfermo, olvidadizo, desanimado, mal humorado, etc., no son aplicables a todos los ancianos, más bien consideramos que cada sujeto posee particularidades que lo caracterizan y lo hace único y singular. Por ejemplo destacamos: la energía, el buen humor, el conocimiento, la lucidez, de varios abuelos que asisten al centro de jubilados. En el caso de Julio las características que presentaba como: ser retraído, tener acostumbramiento hacia su cuidador, no tener deseos de hablar, poseer estados de enojo o mal humor, son características distintivas contrarias a las observadas en el centro de ancianos dónde los asistentes se dirigen por voluntad propia.
Ante lo mencionado indagamos cómo las representaciones hacia el adulto mayor condicionan las concepciones de las trabajadoras. Por el mismo motivo es que nos preguntamos si la teoría acerca de un sistema de apego para explicar y evaluar a los niños pequeños se puede aplicar a situaciones similares a los adultos; y si el intento de forzar las categorías en lugar de tener valor teórico nos aleja del objeto de estudio, ya que las circunstancias, necesidades y emociones son diversas a las que se producen cuando un niño pequeño activa su sistema de apego frente a una situación amenazante para así regular sus emociones y manejar la proximidad con su cuidador. Si pensamos en una situación donde un individuo adulto se enfrenta a un cuestionario o es objeto de observación con otro adulto, ¿desde qué parámetros se analiza el apego con una teoría formulada para la primera infancia? ¿Por qué es necesario cuestionar las diferencias? ¿Qué es realmente lo que estamos midiendo cuándo decimos que evaluamos el apego de un adulto? Esto nos lleva a reforzar la tensión en ¿cómo mantener una mirada respetuosa y ética hacia el adulto mayor?
Citas
Ainsworth, M. (1969). Object relations, dependency and attachment: A theoretical review of the infant-mother relationship. Child Development, 40, pp. 969- 1025.
Bakeman, R. y Gottman, J.M. (1989). Observación de la interacción: introducción al análisis secuencial. Madrid: Morata.
Bowlby, J. (1979). Vínculos afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata.
Bowlby, J. (1980). La pérdida afectiva. Buenos Aires: Paidós.
Fonagy, P., Steele, M., Steele, H., Leigh, T., Kennedy, R., Mattoon, G. y Target, M. (1995). Attachment, the reflective self and borderline states: The predictive speciticity of the Adult Attachment Interview and pathological emotional development. En S. Goldberg, R. Muir y J. Kerr (Eds.), Attachment theory: Social, developmental and clinical perspectives. New York: The Analytic Press.
Korstanje, M. (2009). Alcances y limitaciones de la Teoría del Apego y la Base Segura. Contribuciones a las Ciencias Sociales. www.eumed.net/rev/cccss/06/mk.htm
Main, M., Kaplan, N. y Cassidy, J. (1985). Security of infancy, childhood and adulthood: A move to the level of representation. En I. Bretherton y E. Waters (Eds.), Growing points of attachment theory and research, pp. 66-106. Chicago: University of Chicago Press.
Moreno, J.E., Resett, S.A. y Schmidt, A. (2015). El sí mismo: una noción clave de la psicología de la persona humana. Buenos Aires: Educa.
Paolicchi, G., Kohan Cortada, A., Colombres, R., Pennella, M.A., Nuñez, M., Olivera, C., Abreu, L., Botana, H., Bozzalla, L., Maffezzoli, M. y Sorgen, E. (2014). El apego en adultos: estudio de una escala para evaluarlos. Anuario de Investigaciones, 21, pp. 355-362. Buenos Aires: UBA. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=369139994037