Leer en psicoanálisis: la desuposición de saber como condición de lectura en Jacques Lacan

Autores/as

  • Juan Delfino Universidad Nacional de La Plata

Palabras clave:

lectura, Lacan, psicoanálisis

Resumen

Este trabajo se inscribe en el marco de las investigaciones sobre la especificidad de la lectura en el psicoanálisis desde la perspectiva de Jaques Lacan.

La importancia de la lectura se encuentra en el inicio mismo del psicoanálisis. En el año 1899 Sigmund Freud crea un método que permite otorgar otra lectura al contenido onírico –considerado una escritura- dando lugar a la suposición de la presencia efectiva de un sistema psíquico sostenido en una lógica propia: lo inconciente. Siendo ésta una lectura cercana a la interpretación, producto del saber arrojado por las asociaciones del soñante en el marco de un tratamiento.

En el presente trabajo prestaremos mayor atención a la operación de lectura en la obra de Lacan, operación que cobra nuevos alcances al ser definida desde un marco de referencia diferente al propuesto por Freud, como por ejemplo a partir de la premisa de la inexistencia de una realidad prediscursiva.

En el seminario dedicado a Las Psicosis, encontramos una recomendación respecto a la lectura en la clínica: “les propongo un ejercicio. Reflexionen un poquito sobre qué es la lectura. ¿A qué llaman lectura? ¿Cuál es el momento óptimo de la lectura? ¿Cuándo están realmente seguros de que leen?” (Lacan, 1981: 296) En este contexto de enseñanza, invita a los practicantes a tomar el relato a la letra, convirtiéndose en una de las premisas lacanianas por excelencia. Critica la concepción de la lectura como captura imaginaria, como “la impresión de leer”, e introduce la dimensión temporal como coordenada a tener en cuenta: “el momento óptimo” de la lectura.

Ahora bien, ubicar a la lectura como un problema a ser estudiado, abre un amplio campo de investigación en el que no se puede soslayar la referencia clínica. Es decir, preguntarnos  ¿qué es leer?, ¿cómo se lee? o ¿quién lee? son cuestiones que suelen atribuirse comúnmente a disciplinas como la lingüística, la crítica literaria o la filosofía en sus desarrollos sobre la hermenéutica. Todos estos campos de saber e investigación sitúan y nombran algo de lo que acontece en torno a la lectura en el marco de lo que a cada uno de dichos discursos interesa. Si bien sus desarrollos pueden ser de gran valor, estamos advertidos de que se producen deslizamientos de sentido si se utilizan referencias obviando cuál o cuáles son los discursos que las comandan.

La metodología implementada consiste principalmente en un estudio bibliográfico reducido, desde una mirada gestada por los impases de la práctica analítica. Tomando como orientación lo real de la práctica desde la perspectiva de la enseñanza de Jaques Lacan, principalmente durante los años 1972 y 1973. Momento en el que plantea que en el discurso psicoanalítico no se trata más que de lo que se lee, más allá de los dichos del paciente. Asimismo, ubicamos diferentes indicaciones respecto a lo que Lacan denomina “la dimensión de lo que se lee”: un leer a la letra, un leer a secas, un leer a través, un leer mal. Siendo la relación que la lectura tiene con el saber, un aspecto clave para abordar el tema de lo propiamente analítico de la lectura, donde la lectura se distancia de la comprensión y de lo obvio. En este sentido, Lacan plantea que para que haya “una estricta puesta a prueba de la lectura”, es condición necesaria una “de-suposición de saber” (Lacan, 1972-73/ 2008).

A partir del recorrido aquí realizado podemos sostener que en Lacan encontramos referencias que nos permiten distinguir al menos dos dimensiones de lectura. Por un lado, una lectura como operación: leer, como parte de la función analítica, no de la persona del analista ni como la tarea de un intérprete metalingüístico. Por el otro: una lectura vinculada con un texto producido, de un análisis o de un analista. La primera es una lectura que se presenta en acto, un leer de los efectos del significante, que equivoca la significación, erra en la aprehensión de sentido, desarticula lo que del lenguaje se presenta como signo. Leer sin suposición de saber, sin preguntar “qué quiere decir”.  La segunda, la lectura de un texto, es la lectura que podríamos acercar a lo que Lacan denomina explicación, en el sentido de la demostración de los efectos que se producen en un análisis, de los que el analista debe responder. En esta dimensión de lectura, ubicamos intentos de aprehensión de lo real del análisis, como pueden ser las escrituras de casos, testimonios de pase u otras formalizaciones.

Citas

Lacan, J. (1984). El Seminario Libro 3. Las Psicosis. Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. El Seminario 20: "Otra vez/Encore", Clase 7, Versión Crítica EFLA.

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Publicado

2020-04-10