Problematización de la violencia de las niñeces vulneradas y posibles deconstrucciones colectivas
¿Cómo identificar las marcas que las violencias dejan en la construcción subjetiva?
Palabras clave:
violencia, vulnerabilidad, derechosResumen
El presente trabajo se enmarca dentro de la experiencia del Proyecto de Extensión “Niños, niñas, adolescentes y derechos. Profundizando intervenciones para la promoción de derechos humanos y ambientales desde una perspectiva de género”[1], acreditado por la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNLP. Dicho proyecto, continúa y profundiza acciones que se vienen realizando en la promoción de derechos desde el año 2013 en una ONG localizada en un barrio de City Bell, donde sus habitantes viven en situaciones de vulnerabilidad y pobreza. Por ello, nuestras prácticas se ubican dentro de la corresponsabilidad social y la restitución de los derechos vulnerados de niños, niñas y adolescentes que concurren al espacio.
Entendemos que nuestra intervención está situada dentro de una realidad compleja, por lo que es necesario realizar un abordaje interdisciplinario. Para ello, tomamos aportes teóricos específicos de la psicología y la sociología con el propósito de ampliar nuestros conocimientos y lograr una comprensión más abarcativa de la realidad.
Partimos de la idea que las distintas formas de violencias, como formas de vincularnos, se hallan la mayoría de las veces naturalizadas y afectan principalmente a niños, niñas y adolescentes. Por lo tanto, nos preguntamos cómo poder deconstruir estos modos tan interiorizados creando otras formas viables de relación, entendiendo que la violencia se ejerce también simbólicamente a partir de un etiquetamiento de los sujetos más vulnerados por parte de la sociedad.
Tal es así que en los encuentros nos proponemos indagar, cuestionar, reflexionar, sobre situaciones cotidianas articuladas a determinados ejes que van emergiendo. Apuntamos a intervenciones que promuevan la metabolización de la violencia a través de la palabra, la participación en actividades pedagógicas y artísticas, entendiendo al niño, niña y adolescente como sujeto deseante y pleno de derechos. A través de las actividades propuestas se pretende instalar conductas éticas en lo concerniente a la construcción de legalidades. Creemos que es necesario que en estos espacios los niños, niñas, adolescentes y extensionistas puedan de-construirse, construirse y reconstruirse a través de los lazos sociales que allí se establecen.
Entendemos que un enfoque de derechos como el que llevamos a cabo en la ONG, se fundamenta en la construcción de posibilidades para la inclusión social, se propone trabajar en grupos horizontales, espacios de contención, de alojamiento, donde todos y todas podamos participar en el armado de pautas de convivencia, donde el fin último es el fortalecimiento de los lazos sociales para prevenir la vulneración de los derechos. En contraste, las instituciones de control social, buscan el aplanamiento de las subjetividades, el acatamiento acrítico a las leyes y al mundo que nos toca vivir, promoviendo formas de resolver el conflicto con medidas punitivo-represivas, fragmentando cada vez más las relaciones sociales.
Los y las extensionistas planificamos las actividades en reuniones de formación y seguimiento, tareas individuales y grupales promoviendo la reflexión conjunta. Con nuestras prácticas apuntamos a generar tanto una conciencia crítica de nuestro rol de coordinadores como así también promoverla en los niños, niñas y adolescentes con el fin de crear posibilidades de desempeñarse adecuadamente en una sociedad que se encuentra en constante cambio.
Las actividades que se desarrollan en los espacios mencionados, se enmarcan dentro de lo atinente a la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657 y la Ley Nacional N°26.061 de Protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, en el sentido de proteger, promover y desplegar los derechos de sujetos vulnerabilizados. Se piensa la práctica desde la promoción de la salud, con efectos beneficiosos para los individuos y su comunidad.
A modo de conclusión, se nos presentan algunos interrogantes para seguir pensando nuestra práctica: ¿cómo identificar las marcas que las violencias dejan en la constitución subjetiva de niños, niñas y adolescentes? En el territorio, nos encontramos con familias que tienen una historia de violencia estructural, donde el modo de vincularse con los y las demás es a través de ella, es decir existe una naturalización de la violencia en gran parte de la población con la que trabajamos, especialmente en los adolescentes. ¿Qué hacer frente a estas situaciones? ¿Cómo abordarlas? ¿Qué nos pasa como sujetos en formación a la hora de escuchar relatos de niños, niñas y adolescentes? ¿Por qué se dan estas situaciones estructurales de violencia familiar.
Citas
Benasayag, M. y Schmit, G. (2010). Ética y etiqueta. En Las pasiones tristes. Sufrimiento psíquico y crisis social. Buenos Aires: Siglo XXI.
Bleichmar, S. (2008). La construcción de legalidades como principio educativo. En Violencia social – Violencia escolar. De la puesta de límites a la construcción de legalidades. Buenos Aires: Noveduc.
Domínguez Lostaló, J. C. (1999). Vulnerabilidad. Ficha de Cátedra.Psicología Forense. Facultad de Psicología. UNLP.
Fernández, M. (2005). La noción de violencia simbólica en la obra de Pierre Bourdieu: una aproximación crítica. Universidad Complutense de Madrid.
La Ferrara, P. H. (2002). Violencia y educación. La violencia escolar y el desarrollo reciente de la mediación para la resolución de la conflictividad y el mejoramiento del proceso educativo. Tesis de grado. Universidad Nacional de La Plata.
Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
Ley Nacional Nº 26.061 de Protección integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
Meirieu, P. (2008). Una pedagogía para prevenir la violencia en la enseñanza. En Cátedra abierta: aportes para pensar la violencia en las escuelas. Ciclo videoconferencias. Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas. Buenos Aires: Ministerio 19 de Educación.