Antecedentes del juego con las formas de la vitalidad en el segundo año de vida

Autores/as

  • Santiago García Cernaz CONICET - LEEM/FBA/UNLP

Palabras clave:

musicalidad comunicativa, juego con las formas de la vitalidad, primera infancia

Resumen

El juego es un objeto de estudio privilegiado en la psicología del desarrollo y, dada su relación con la génesis de funciones psicológicas complejas, el juego simbólico ha sido el más atendido. Tradicionalmente, se ha favorecido la comprensión de los procesos de cambio que van de la acción a la simbolización, en consonancia con el giro lingüístico en ciencias humanas. Recientemente, asistimos a un cambio de paradigma que ha sido denominado como giro corporal: surgió un renovado interés por el rol que juegan las dinámicas del movimiento y el sonido en el desarrollo de diferentes funciones psicológicas. Concomitantemente, tuvo lugar la introducción de herramientas de análisis propias de las artes temporales, como la música y la danza, hacia el campo de la psicología del desarrollo.

En este marco, Stephen Malloch y Colwyn Trevarthen (2008) acuñaron el término “musicalidad comunicativa” para designar la temprana capacidad humana de congeniar con el ritmo y el contorno del gesto motor y sonoro del otro, que delinea formas de interacción social corporal en el que se experimenta un particular modo de “estar juntos”. Asimismo, estos intercambios corporales entre adulto y bebé permiten compartir “modos de sentir” inherentes a la cualidad expresiva del movimiento que Daniel Stern (2010) ha propuesto denotar con el concepto de formas de la vitalidad. En el juego social temprano, el adulto juega con las formas de la vitalidad de su propia conducta para regular la atención del bebé y generar expectativa: manipula la fuerza, la dirección y la velocidad de sus comportamientos y los elabora de acuerdo a la forma repetición-variación. El juego social temprano es un juego asimétrico: el adulto manipula las formas de la vitalidad y el bebé participa con conductas sociales generales (Español y Pérez, 2015). Recientemente, fue documentada una nueva forma de juego en la que tanto el adulto como el niño construyen de modo compartido motivos sonoro-kinéticos que son elaborados de acuerdo a la forma repetición-variación: se trata del juego con las formas de la vitalidad (Español, Martínez, Bordoni, Camarasa y Carretero, 2014). Es considerado una reedición de los juegos sociales tempranos con una participación simétrica del niño en la composición del juego. Ha sido estudiado sistemáticamente durante el tercer año de vida, y se cuenta también con algunas observaciones al inicio del segundo año de formas de juego que pueden ser consideradas intermedias entre el juego social temprano y el juego con las formas de la vitalidad (Bordoni y Español, 2018).

El presente trabajo tiene como meta mostrar los antecedentes del juego con las formas de la vitalidad en el segundo año de vida. Se trata de resultados parciales de un estudio longitudinal más amplio que indaga la incidencia de la elaboración dinámica de sonidos y movimientos en la emergencia y el desarrollo del juego simbólico, en las formas simples y combinadas con el juego con las formas de la vitalidad.

Se utilizó un diseño longitudinal de caso único, en el cual se realizaron sesiones de juego libre con un bebé desde los 10 a los 24 meses. Las sesiones tuvieron 45 minutos de duración y fueron videograbadas cada 15 días en el hogar del bebé. Los participantes fueron la díada investigador-niño, un caso particular de la clásica díada adulto-niño. Esto permite al investigador registrar sus propias experiencias y reacciones in situ, generando cambios en ellas, que luego, gracias a la videograbación, podrán ser analizadas en diferido.

Los resultados encontrados, en consonancia con estudios previos, señalan la presencia de formas lúdicas con un nivel de participación del bebé intermedias entre la asimetría del juego social temprano y la simetría del juego con las formas de la vitalidad. Específicamente se han hallado ciclos de imitaciones mutuas de sonidos y movimientos en donde el adulto propone motivos que no pueden ser del todo correspondidos por la niña, redundando en una alternancia de turnos difusa. Además, se ha hallado que ciertos elementos propios del juego con las formas de la vitalidad, como la repetición rítmica de movimientos expresivos, se insertan en el curso de eventos de juego con contenido figurativo, corriendo de modo transitorio el foco del juego hacia esferas no-figurativas.

Estos resultados se discuten con los hallazgos de estudios previos en la disciplina. En consonancia con Robert Fagen (2011) creemos que es necesario profundizar nuestros conocimientos en musicalidad comunicativa, dado que al enfocar la observación en el involucramiento sonoro-kinético con el otro por medio de la utilización de técnicas de análisis novedosas en psicología, ha conllevado un cambio radical en la concepción del desarrollo que se tenía hasta el momento.

Citas

Bordoni, M. y Español, S. (2018). Antecedentes del juego con las formas de la vitalidad al inicio del segundo año de vida. En N. Alessandroni y M. Burcet, La experiencia musical. Investigación, interpretación y prácticas educativas. Actas del 13º Encuentro de Ciencias Cognitivas de la Música (pp. 76-89). Buenos Aires: Sociedad Argentina para las Ciencias Cognitivas de la Música (SACCoM).

Español, S., Martínez, M., Bordoni, M., Camarasa, R. y Carretero, S. (2014). Forms of vitality play. Integrative Psychological and Behavioral Science, 1-27.

Español, S. y Pérez, D. (2015). Los juegos, los contrastes y las artes. Boletín de estética, 33, 5-40.

Fagen, R. M. (2011). Play and development. En A. D. Pellegrini (Ed.), Oxford handbook of the development play (pp. 83-100). Oxford, UK: Oxford University Press.

Malloch, S. y Trevarthen, C. (Eds.) (2008). Communicative Musicality. Oxford: Oxford University Press.

Stern, D. (2010). Forms of vitality: exploring dynamic experience in psychology, the arts, psychotherapy and development. New York: Oxford University Press.

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Publicado

2020-05-06