Ethos profesional en psicología y acción sensata
Aportes desde la ética ricoureana
Palabras clave:
ethos profesional, acción sensata, práctica psicológicaResumen
La presente comunicación es de índole teórica, expone las articulaciones entre la noción de ethos profesional y los aportes del pensamiento ricoureano sobre el concepto de acción sensata; ambos de interesantes implicancias al momento de considerar una ética aplicada a la psicología.
A partir del interrogante inicial sobre ¿qué es una profesión?, las consideraciones ético-procedimentales, conjuntamente con la problemática de la formación teórico-práctica, toman relevancia y ameritan su análisis. En primer lugar, el trabajo inicia un recorrido histórico del concepto de profesión para arribar a su significado actual. Desde su tratamiento en la sociología moderna, la noción va dejando el sentido religioso –como misión- para abarcar una serie de tareas especializadas y cotidianas, relacionadas a los deberes intramundanos (Weber, 2003). Si bien la reconstrucción weberiana del concepto de profesión en su dimensión axiológica sigue siendo de vital importancia; en la actualidad, pareciera existir una tendencia hacia el polo ganancial y mercantilista, por sobre el sentido teleológico y virtuoso que la actividad tuvo inicialmente. En esta línea, Arturo Ballesteros Leiner (2007) especifica las diferencias de sentido que han sido atribuidas históricamente a los términos de profesión y vocación. El primero, “tener una profesión”, referida a cierta actividad laboral retributiva; y el segundo, “tener una vocación”, connotando un interés subjetivo en la elección de tareas específicas valoradas socialmente, requiriendo habilidades y características propias para su ejecución.
Desde el análisis ético, y en segundo lugar, el escrito avanza sobre el uso actual del vocablo “profesión”, integrando los aspectos objetivos (materiales) y subjetivos (psicológicos) en el ejercicio de una actividad pública regulada por un colectivo. Así, en una profesión se aglutinan, por un lado, la propia elección y, por otro, los bienes disciplinares instituidos para la misma. Adela Cortina y Jesús Conill (2000) desarrollan las características de este tipo de actividad, entendiendo que siempre son ejecutadas de modo personal, pero se realizan con sentido social. Las características del ejercicio profesional se nuclean en: (1) exigencia de contar con aptitudes e intereses propios que se van fortaleciendo, profundizando y actualizando en el marco de una formación teórico-aplicada sistematizada y continua; (2) prestación de un servicio específico, de forma institucionalizada y normada, a la comunidad; de modo tal que el bien ofrecido por una determinada práctica profesional no puede ser ofertado por otra, y todas, en su conjunto, contribuyen al desarrollo de una vida humana mejor y más digna; (3) necesidad de que las personas que han elegido la profesión mantengan un compromiso en el respeto y consecución de las metas que caracterizan la misma; donde se acuerda que las acciones individuales no contradigan los bienes internos de la profesión y afiancen, a la vez, su legitimidad social.
En tercer lugar, se retoma la idea de profesión para la psicología, interrogando de qué modo nuestra disciplina comparte estos rasgos generales. Nos preguntamos ¿Qué actitudes, intereses, formas de desempeñar el rol vuelven a la psicología una profesión comprometida y atenta con estas características? La noción de “acción sensata” desarrollada por Paul Ricoeur (2006) contribuye aquí a la reflexión sobre estas cuestiones. Para el autor, la acción sensata será “aquella de la cual un agente puede rendir cuenta a otro o a sí mismo, haciéndola inteligible” (Ricoeur, 2006: 220). De modo tal que para que un acto sea razonable (sensato) tendremos que poder ofrecer una interpretación de una intención ejecutada (¿qué hace?, ¿qué hago?) y de un motivo determinado (¿por qué lo hace?, ¿por qué lo hago?). Siguiendo figuras ricoureanas, si el agente actuante tiene que dar cuenta (interpretar, buscar un sentido) frente a otros de su accionar, responde entonces en primera persona y se hace cargo, toma a su cuenta, una sucesión de acontecimientos, estableciendo desde el sentido otorgado su injerencia en ellos. Esta elaboración conceptual liga directamente la acción realizada con el tema de la responsabilidad de las prácticas y la búsqueda de criterios razonables para actuar, criterios que pueden ser normativos y/o deliberativos.
A partir de estas consideraciones, nuestro análisis tiene el propósito final de establecer cómo podemos entender el ejercicio de un ethos profesional de calidad en nuestra disciplina relacionándolo con acciones sensatas. Se intenta aportar criterios éticos para el ejercicio comprometido con el/los otro/s de nuestra práctica psicológica, en acuerdo a los bienes internos siempre presentes en nuestra profesión y sintetizados en los principios de integridad, compromiso, bienestar, igualdad y justicia.
Citas
Ballesteros Leiner, A. (2007). Max Weber y la sociología de las profesiones. México: Universidad Pedagógica Nacional.
Cortina, A. y Conill, J. (2000). El sentido de las profesiones. Navarra: Verbo Divino.
Ricoeur, P. (2006). Caminos de reconocimiento. Tres estudios. México: Fondo de Cultura Económica.
Weber, M. (2003). La ética protestante y el espíritu del capitalismo. México: Fondo de Cultura Económica.