Violencia institucional, sexualidades vulneradas: el caso del hospital Alejandro Korn

Derechos sexuales, reproductivos y salud mental en personas con padecimiento mental en situación de encierro

Resumen

El presente trabajo de investigación surge a partir de las denuncias realizadas por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) dados los múltiples casos de abuso y violación de derechos humanos de lxs usuarixs que transitan o transitaron el Hospital Alejandro Korn, ubicado en la localidad Melchor Romero, en el año 2018. A partir de lo enunciado, nos preguntamos sobre las prácticas institucionales que, en tanto institución total (Pérez, 2008) dicho establecimiento ejerce en relación a la sexualidad de lxs usuarixs (en sus múltiples dimensiones) y los procesos de subjetivación que estas prácticas producen.

Es preciso destacar que nuestra posición ético-política se enmarca dentro de la concepción de salud mental provista en el artículo 3 de la Ley Nacional de Salud Mental 26657. A su vez, entendemos a la sexualidad como una experiencia históricamente singular que se basa en tres ejes constitutivos: un conjunto de saberes que refieren a ella, las relaciones de poder que regularizan su práctica y las formas en las cuales los individuos pueden y deben reconocerse en ella (Foucault, 1984).

Por estas razones, el objetivo general planteado por el equipo de trabajo consiste en indagar las prácticas específicas en torno a la sexualidad que sostiene la institución con lxs usuarixs que la habitan, como así también los procesos de subjetivación que estas prácticas producen.

En la presente investigación, de tipo observacional exploratorio, hemos utilizado metodología de corte cualitativo en la recolección y análisis de la información. Para relevar datos sobre las mencionadas prácticas hemos efectuado entrevistas semidirigidas a profesionales del establecimiento, como así también observaciones participantes en talleres dictados en el hospital.

Algunos de los datos de la realidad efectiva relevados a través de la metodología aplicada han sido: la ausencia de intimidad y el aplacamiento de la necesidad de privacidad de lxs usuarixs, tanto en las prácticas efectivas del personal como en la disposición misma de los espacios; la ausencia de espacios donde lxs usuarixs que así lo desearan pudieran ejercer prácticas sexuales consentidas y saludables; la confirmación de los reiterados abusos denunciados por el CELS (si bien son de índole múltiple, nos restringiremos a los de carácter sexual) efectuados por usuarixs y por sujetos pertenecientes al personal; la relación indirectamente proporcional entre los abusos efectivos (y sabidos) y las denuncias formales realizadas; las pocas y casi nulas medidas adoptadas por la institución para prevenir y subsanar tales abusos; la conformación del sexo como bien de intercambio, utilizado por algunxs usuarixs para poder adquirir elementos básicos (comida, ropa, tabaco, etcétera); la denegación de la libre elección de métodos anticonceptivos para los cuerpos potencialmente gestantes; la sostenida infantilización de lxs usuarixs y la patologización de toda expresión sexual. En suma, podemos corroborar el no reconocimiento de las personas padecientes institucionalizadas como sujetos de derecho, tal como lo establece la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) aprobada por la Ley 26378 y la Ley Nacional de Salud Mental 26657. Por último, hemos evidenciado que no todxs lxs trabajadorxs de la institución piensan y actúan de igual manera, forjando así focos de resistencia dentro de la propia institución.

A modo de conclusión, consideramos que la institución manicomial, lejos de brindarles un lugar para la exploración y desarrollo de la sexualidad a lxs usuarixs, busca su aplacamiento a través de la violencia institucional, tanto en un plano simbólico como en un plano material. La infantilización de lxs usuarixs, la situación de hacinamiento, la calidad y la escasez de los alimentos, la falta de infraestructura  (con falencias edilicias en todos los sectores del hospital), la ausencia de garantía sobre la propiedad personal de cada usuarix y el abuso de poder por parte de sujetos pertenecientes a todos los estratos del personal son solo algunos de los ejemplos posibles.

Por último, algunos interrogantes que nos han surgido en el recorrido efectuado:

-Tales condiciones, ¿se repiten en los establecimientos privados?, ¿en los hospitales del resto del país?

-¿Cómo se aborda la sexualidad con lxs usuarixs en proceso de externación?

Además, consideramos necesario profundizar nuestra indagación respecto de los efectos de estas prácticas en la subjetividad de lxs usuarixs.