El psicoanalista apasionado

La subjetividad interpreta

Autores/as

  • Juan Copes Facultad de Psicología, UNLP

Palabras clave:

interpretación, pasión, singularidad

Resumen

El siguiente texto se basa en la búsqueda de motivos y de hipótesis sobre la pasión que muchos seguidores de Sigmund Freud sienten a la hora de leer, interpretar y de comunicar las ideas propuestas por dicho autor. Lo que se va a pasar a desarrollar es resultado de una metodología llevada a cabo por el desglosamiento de conceptos psicoanalíticos que forman parte del conocimiento de los lectores de Freud.

La acción de leer un apartado sobre el psicoanálisis, o más bien a Sigmund Freud, su padre creador, es probable que resulte una tarea no muy compleja, aunque, déjenme decirles, puede presentar ciertas particularidades a la hora de intentar obtener una idea de lo leído. A lo que me refiero, es a un hecho que deslumbra a ciertos lectores cuando se encuentran frente a la brillantez que estos textos psicoanalíticos pueden presentar.  Lo maravilloso que trato de mostrar está en la metamorfosis que atraviesa el contenido explícito de estos textos durante el proceso de internalización, en términos vigotskianos  (2006), transformación llevada a cabo por el sujeto lector, pasando desde lo que se dice a lo que se entiende que quiere decir.

 Lo que trato de describir, es la diferencia entre aquellos sujetos que leen a Freud de aquellos otros que lo entienden de manera tan particular. El interés recae sobre qué es lo que cada sujeto toma del contenido explícito o de cada significante, de qué forma lo toma y por qué lo hace de esa manera y no de otra.

Claro está que lo que hay que tener en cuenta, como un factor de suma importancia a la hora de hablar sobre la interpretación, es la singularidad de cada interpretante. La experiencia muestra que cada lector al enfrentarse a un texto psicoanalítico obtiene una idea que en algún punto se diferencia de lo que otro entendió del mismo texto. De aquí el carácter subjetivo de las interpretaciones, y el punto al que quiero arribar: cada lector interpreta según su historia. Frente a las mismas palabras se incorporan conceptos distintos, ya sea a nivel cualitativo o cuantitativo.

A partir de esto, quiero ir más allá de la interpretación de los textos psicoanalíticos llegando a la división entre la pasión y la obligación.  A simple vista esta distinción se nos puede presentar como algo familiar, pero mi idea se refiere a la profundidad a la que pueden llegar los escritos freudianos que para cualquier lego pueden resultar superficiales.

Intentaré darle continuación a mi idea con una pregunta que deviene de mi experiencia personal: ¿cómo se explica el hecho de que ciertos lectores al sumergirse en un tratado del psicoanálisis experimenten orgullo, pasión y hasta incluso lagrimas producto de la emoción que estas lecturas les generan? Por momentos uno duda y se formula el interrogante de si todo aquel que lee a Freud siente lo mismo, o si todo el mundo encuentra en sus escritos estos sentimientos que encuentra un lector apasionado como yo. Tal vez la respuesta a esta incertidumbre implica por qué este autor está en el lugar donde está, que, como muchos coincidirán, es en la cima del psicoanálisis.

Sobre este tema pienso que gran parte de su éxito se debe a la contundente transcendencia que sus textos tienen; me refiero a que llegan a zonas, o mejor dicho a temas, que uno jamás podría imaginar. Pero también me gustaría traer una idea que obtuve de mis primeras lecturas psicoanalíticas y es que al mismo tiempo la genialidad de Freud recae sobre la noción de que puede explicar en términos muy profundos sucesos tan comunes de la vida cotidiana como pueden ser los sueños, los olvidos o un simple chiste (Freud, 1905).

Retomando lo anterior, me gustaría ahora relacionar la cuestión pasional –expuesta anteriormente– que los textos analíticos generan en algunos sujetos, con la comunicación de los saberes freudianos. Lo que quiero manifestar es lo que nos sucede a muchos seguidores de Freud al comunicar sus ideas.

Resulta imprescindible por momentos preguntarse si esta pasión que sentimos muchos de los propagadores del psicoanálisis al intentar mostrar este tipo de ideas es parte de lo que este autor tan bien describió como ideología, (Freud, 1921), teniendo en cuenta que tal vez es tanta la idealización hacia este sujeto que mis palabras tan solo son parte de este tipo de enamoramiento. Asimismo, debemos tener en cuenta la satisfacción del reconocimiento del otro, en términos de Piera Aulagnier (2004), que genera exponer el psicoanálisis. Pero lo que queda claro es que, por un motivo u otro, en quienes seguimos las ideas freudianas, ya sea en la interpretación o en la comunicación, lo que aparece es un sentimiento muy difícil de explicar y es la pasión. Puede que esta surja, como dije anteriormente, desde una idealización, como también de un reconocimiento del otro o por la historia de cada sujeto (de aquí el carácter singular).

Concluyendo, lo que se obtuvo a partir de lo analizado es la idea de cuán distinta es la interpretación de los textos psicoanalíticos y cómo esta diferencia responde a la subjetividad de cada uno hasta el punto de que puede incluso generar momentos pasionales.

Citas

Aulagnier, P. (2004). Los destinos del placer. Alienación, amor, pasión. Buenos Aires: Paidós.

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. En Obras completas. Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. (1905). El chiste y su relación con lo inconsciente. En Obras completas (vol. VIII). Buenos Aires: Amorrortu.

Vygotski, L. (2006). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores (pp. 87- 94). Barcelona: Crítica.

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Publicado

2019-11-25