Saber para evaluar: los efectos del conocimiento previo en las evaluaciones de confiabilidad
Palabras clave:
lectura, fuentes, confiabilidadResumen
Gran parte de lo que creemos acerca del mundo viene de lo que escuchamos o leemos de otras personas. Al leer información nueva los lectores pueden evaluar si esta información es válida en función de dos criterios básicos: los conocimientos y creencias previas o la confianza en la fuente de la información (quién produce el contenido). Por eso, la validación es considerada parte de la comprensión extendida del texto y la fuente de información suele ser crucial en dicho proceso. En la actualidad, con la masificación del uso de Internet, el acceso a múltiples fuentes de información es más sencillo, aumentando la diversidad de los contenidos a los que se puede acceder así como la calidad de los mismos. Entre la multiplicidad de temas que son consultados en Internet existen algunos, tales como los de índole médica, que pueden llevar a tomar decisiones a partir de información que no concuerda con lo recomendado por especialistas (véase por ejemplo: Somerson y otros, 2018; Gunasekera y otros, 2008; Mathur y otros, 2005).
Se ha observado que las personas, al realizar búsquedas sobre temas médicos o científicos en general, tienden a seleccionar qué leer a partir de claves superficiales de las fuentes, como su orden de aparición en los resultados de una búsqueda (Kammerer & Gerjets, 2014) o indicadores de popularidad, como un índice de citaciones (Rouet y otros, 2018).
La presente investigación se centró en determinar el rol que cumplen dos características distintas de las fuentes sobre los juicios de credibilidad que los lectores producen acerca de las fuentes al buscar información sobre temas médicos en Internet. Las características abordadas fueron: la posición de autoridad de las fuentes (por ejemplo, médico especialista o maestra inicial) y la presencia o no de un filtro editorial del documento fuente previo a su publicación (por ejemplo, revista científica de medicina o blog personal). Asimismo, se tuvo en cuenta el conocimiento previo de los participantes acerca del tema (Bråten y otros, 2011).
Participaron 120 estudiantes de los primeros años de la carrera de Psicología, de CABA, a los que se solicitó evaluar la credibilidad de 15 fuentes. Se propuso a los participantes imaginar que debían buscar en Internet información sobre una enfermedad genética poco conocida y que, como resultado de una búsqueda en Google, habían encontrado 15 fuentes que opinaban sobre el tema, fuentes que debían juzgar con relación a su credibilidad. Nueve de las fuentes presentadas variaron en su posición de autoridad respecto del tema (alta, baja), las seis restantes variaron en la presencia o no de un filtro editorial previo (con, sin filtro). Los participantes evaluaron la credibilidad de cada fuente en una escala tipo Likert de 10 puntos, de extremadamente poco creíble a extremadamente creíble. El conocimiento previo fue evaluado mediante una prueba abreviada de conocimiento sobre genética (Ortega & Vázquez, 2017). Se estimaron modelos mixtos lineares generalizados con intersecciones aleatorias para los participantes y los ítems (es decir, las fuentes) sobre los puntajes de credibilidad de las fuentes. Los resultados mostraron, por un lado, que la posición de autoridad de las fuentes influyó en las puntuaciones de credibilidad, con independencia del conocimiento previo de los participantes, F(1,1061) = 4.79, p = .029). El filtro editorial también afectó la atribución de credibilidad, pero solamente en interacción con el conocimiento previo de los lectores: quienes obtuvieron mayores puntajes en la escala de conocimiento previo juzgaron las fuentes con filtro editorial como significativamente más creíbles que las fuentes sin filtro editorial, mientras que los participantes con conocimiento previo medio y bajo no hallaron diferencias.
En síntesis, los resultados sugieren que los lectores ponderan las descripciones de las fuentes de modo diferencial al evaluar su credibilidad y que el aprovechamiento de algunas de estas descripciones depende del conocimiento previo de dominio del lector.
Citas
Bråten, I., Strømsø, H. I. y Salmerón, L. (2011). Trust and mistrust when students read multiple information sources about climate change. Learning and Instruction, 21(2), 180-192.
Gunasekera, V., Ernst, E. y Ezra, D. G. (2008). Systematic internet-based review of complementary and alternative medicine for glaucoma. Ophthalmology, 115(3), 435-439.
Kammerer, Y. y Gerjets, P. (2014). The Role of Search Result Position and Source Trustworthiness in the Selection of Web Search Results When Using a List or a Grid Interface. International Journal of Human-Computer Interaction, 30(3), 177–191.doi:10.1080/10447318.2013.846790
Mathur, S., Shanti, N., Brkaric, M., Sood, V., Kubeck, J., Paulino, C. y Merola, A. A. (2005). Surfing for scoliosis: the quality of information available on the Internet. Spine, 30(23), 2695-2700.
Ortega, J. y Vázquez, N. (2017). Alfabetización en genética en una muestra de 145 estudiantes de los primeros años de las carreras de psicología y medicina. Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XXIV Jornadas de Investigación y XIII Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Diciembre 2017.
Rouet, J. F., Skov, O., De Pereyra, G., Ros, C., Le Bigot, L. y Vibert, N. (2018). Relevance versus big numbers: Students’ criteria for selecting scholarly references online. Journal of Experimental Psychology: Applied, 24(4), 476.
Somerson, J. S., Bois, A. J., Jeng, J., Bohsali, K. I., Hinchey, J. W. y Wirth, M. A. (2018). Quality of internet-based decision aids for shoulder arthritis: what are patients reading?. BMC musculoskeletal disorders, 19(1), 112.