¿QUIERO SIEMPRE TENER UN ACTIVO?

DEL ABUSO DEL PODER DEL REGULADOR ESTATAL AL SLOGAN "APOYEMOS A LAS PYMES"

Autores/as

  • Miguel Esteban Riglos UNLP

Palabras clave:

Inflación, activos involuntarios, regulador, trampa de la valuación nominal, Doble impacto patrimonial en el flujo de fondos

Resumen

El presente trabajo esta principalmente focalizado en reflejar los daños que el Estado, cualquiera sea su nivel (nacional, provincial, municipal), haciendo abuso del Poder Regulatorio, provoca en todo tipo de empresas (cerradas / abiertas) en la República Argentina.

En el punto I, “INTRODUCCIÓN” se transita por la renovada concepción de activo y se deja vislumbrar que a priori, por lo menos intuitivamente, SIEMPRE se quiere tener un activo. El concepto esencialmente importa un beneficio directo o indirecto en el futuro flujo de fondos de una entidad. El marco amplio del concepto de activo significa en todos los casos una mejora en el valor actual de un ente, sea contribuyendo en forma directa o indirecta. Por ende, parece ser necio no querer tener un activo.

Se plantea que está aumentando la importancia relativa de un activo que en principio no quisiéramos tener en el patrimonio. ¿No querer un activo? Esto va en contra de toda lógica, lo cual nos induce ahondar el concepto del mismo.

 

El punto denominado II.- “ACTIVO, ¿CUALES QUISIERA NO TENER?"Deja las insinuaciones a un lado, nos introducimos en el concepto de activo, desde una dimensión conceptual que primeramente hace foco en la calidad de los mismos, como en el hecho de que tener un activo no es solo una fuente de ingresos, pueden haber egresos asociados a los mismos, en algunos casos excepcionales que pueden exceder la capacidad financiera de las empresas; y luego nos introducimos en su génesis, distinguiendo si provienen de decisiones voluntarias de la entidad - activos voluntarios -, de aquellos que provienen del Regulador Activos Involuntarios, de carácter monetario.

 

Con lo cual llegamos a una primera conclusión, al igual que el tratamiento que las NIIF dispensan a la inflación no son problemas de carácter global sino son más bien una cuestión macroeconómica de algunos pocos países.

 

Tener Activos Monetarios Involuntarios en un ambiente inflacionario hostil, nos hace cuestionar la idea de querer tener siempre activos. Con un agravante, el origen de dichos activos no es producto de decisiones empresariales voluntarias.

 

El punto III lo hemos titulado. "¿CUALES SON ESTOS ACTIVOS INVOLUNTARIOS –CUESTIONADOS-?" Aquí resaltamos la importancia de convivir en un ambiente macroeconómico agresivo en términos inflacionarios. En dicho hábitat, seguramente prefería no tener activos monetarios, pero distinguimos los que aceptamos libremente como es el caso de Caja y Bancos de aquellos que surgen producto de la regulación estatal. A su vez, vemos que los mismos conforman parte del “rubro otros créditos” e individualizamos cuatro de sus características patrimoniales. Son activos que: a) Se originan en una regulación nacional, provincial o municipal motivadas en impuestos y/o tasas. b) Son monetarios. c) Se obstaculiza su repetición, transferencia, compensación y/o devolución. d) Son involuntarios.

 

 EL punto IV, el cual ha sido señalado “PROVOCANDO, ¿CUÁNDO PREFERÍA TENER UN PASIVO EN LUGAR DE UN ACTIVO?” Implícitamente deja entrever que no solo puedo dudar en tener un activo, sino que en su lugar prefiero tener pasivos. Lo cual es en sí toda una paradoja a nivel global.

 

Lo hacemos partiendo del tema que nos atañe “otros créditos involuntarios monetarios de origen estatal” por ello partimos del concepto “Activos o Pasivos por Impuestos Diferidos”, los cuales al ser valuados al cierre a valor nominal en términos de NIIF, se infiere que hay un punto de quiebre -–en el tiempo- en donde prefiero tener un pasivo monetario que un activo monetario.

 

Para demostrar esta paradoja, presentamos lo que denominamos, “La trampa de la valuación nominal ” que explicamos valiéndonos de la valuación de un activo (crédito por impuesto diferido) a valor nominal al cierre, es decir a la fecha de presentación de los estados financieros, estamos infiriendo que un peso a fecha de cierre es igual o por lo menos similar a un peso de mañana es decir del futuro, consiste creer que un valor nominal  es persistente en el tiempo, lo cual puede no ser un tema relevante en la mayoría del mundo, pero  si lo es en un ambiente macro inflacionario, esta valuación constante en el tiempo es falsa. No hay falacia mayor en el mundo de la valuación cuando nos enfrentamos a un ámbito macro hostil, en términos de inflación. Un activo y/o pasivo monetario importa patrimonialmente ¿más en términos de stock o en términos de flujo? Depende de la tasa de inflación y del tiempo que perdure ese activo/pasivo monetario (o la posición monetaria neta: activa y/o pasiva) en la conformación patrimonial.

 

En la Trampa de la valuación nominal de Activos y Pasivos monetarios, en un marco inflacionario hostil, se genera un doble efecto patrimonial, el primero siempre beneficioso, en términos de poder adquisitivo futuro en el flujo de fondos, $ 100 de hoy serán, a una tasa del 50% anual, equivalentes a $ 66,66 de un año; y el segundo impacto patrimonial es  un resultado negativo por exposición a la inflación de $ 34,40 en un año, por pérdida de poder adquisitivo - perdemos $34,40 frente a una mejora en el flujo de fondos de $ 66,66 de aplicar esos $ 100 -. Por supuesto que si aplicamos en el flujo de fondos esos $ 100, de valor nominal el mismo día de cierre o en unos días posteriores, su poder adquisitivo es equivalente a su valor nominal y el beneficio en términos de stock es pleno.  

 

Dependerá de la tasa de inflación como de la duración en el tiempo de la posición monetaria para evaluar si el beneficio patrimonial es mayor al perjuicio patrimonial, dado estos dos efectos combinados y contradictorios (uno positivo y otro negativo - trade off -). En este punto se desarrolló un ejercicio y se culmina con una pregunta ¿Qué es preferible ganar un 55,56 % o perder un 55,56%? Si la respuesta es ganar un 55,56% se prefiere tener un pasivo a tener un activo monetario, con lo cual se cierra la paradoja de este trabajo, no solo no quiero tener un activo, sino que prefiero tener un pasivo, claro en las circunstancias mencionadas - de ser monetarios, estar sometidos a un alto stress en el nivel de precios, como de perdurar en el tiempo dentro del patrimonio -. Siempre focalizados en distinguir estos activos monetarios involuntarios, producto de la regulación estatal -para algunos no es necesario llegar a un parámetro de pérdidas que supere el 50%, lo cual compartimos, la idea es que quede reflejado el doble efecto patrimonial.

 

El último punto se denomina IV.-“VOLVAMOS A LOS OTROS CRÉDITOS INVOLUNTARIOS”, en donde queremos hacer, entendemos, un ventajoso aporte profesional de valor en la economía real. Es necesario limitar el poder regulatorio que se ha desvirtuado y potencia la crisis con la generación de “otros créditos involuntarios monetarios de origen estatal”, subrubro de la voz “otros créditos”. Poseer estos activos es asumir un préstamo forzoso a favor del Estado, involuntario, nada más alejado de la libertad.

 

El sector privado, de esta manera, es preso económico de las regulaciones del sector público, y estos activos, conforme demostraremos, son un doble lastre tanto económico como financiero que desangran las empresas con una particularidad, se han hecho estructurales al persistir en el tiempo.

 

De esta manera, este trabajo penetra de manera actualizada y transversal en la realidad argentina combinando cuestiones académicas que entendemos relevantes y que hacen al día a día profesional, cuestionándonos los saberes como es el concepto de activo. Motivados en que los Reguladores den marcha atrás y desarmen la generación de estos activos monetarios involuntarios que tanto daño le hacen a la sociedad y tanto desempleo generan.

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Publicado

2020-02-18